miércoles, 6 de marzo de 2013

La envidia y sus antídotos


Pudimos cabalgar
a pesar de los ladridos
hasta que tu amor
se volvió perro
entonces descabalgué
curé mi rabia
solté mis caballos
y lentamente
en silencio
comencé a caminar.

martes, 5 de marzo de 2013

Tren interior

Algún día resucitarán todas las vías muertas.
Volverán a ser dos mínimos e interminables espejos plateados bajo la luz de la mañana.
Aquel día (lo sé), muchas familias, hoy cercadas por las penurias de la ciudad se volverán al interior a descubrir la pampa y el cielo, la tierra que aún los espera.
Nueva vida vendrá hacia las viejas arterias para que renazcan y vuelvan a latir con alegría.
Ese día ha de ocurrir, porque el futuro se pinta cada amanecer y porque nada está escrito. Ha de ocurrir porque los hombres hacemos la verdad, y no la verdad a los hombres.
Un día habrá de venir, en el que toda la sangre saqueada y humillada se vuelva por lo que es suyo en un tren de gloria; y vuelva a poblar la tierra, a ver nacer la Naturaleza con el único límte del horizonte, muy lejano.
El pasado bien puede repetirse. Para bien. Al lado de una vía viva brotarán pueblos que acunarán esperanzas, ilusiones; la savia autónoma que nos reintegre a la Inocencia; con el cielo tan cercano.
Los campos serán de trigo y el trigo será de todos.
Entonces me sentiré orgulloso de ver pasar un tren argentino y de contemplar a la bandera celeste y  blanca.

lunes, 4 de marzo de 2013

Nubes

Nubes de las tardes
de Enero
grandiosas
guaridas del rayo
y del granizo.
Monumentos
que se desvanecen
con el nuevo día.

Nubes de Marzo
gastadas
terrosas
como en una vieja pintura,
aplastadas contra el
horizonte
(el cielo envejeció un poco más
este verano).

Nubes de Junio
secas y grises
como una lámina de plomo
instaladas para siempre
en el firmamento.

Nubes
de las noches
de Agosto
-sólo unas pocas estrellas
se dejan ver-
parecen cavernas
donde fue a morir
la ilusión.

Nubes
livianas
de Noviembre
espuma que flota
en el aire
gozo sutil del Señor.

Blandos rizos
vagabundos
que sobre la mar en calma
arrastra, con desgano, la brisa
como blancos espectros
salidos de las calderas
del hartazgo.

Nube después de la lluvia
(jirones de tempestad)
aturdida por la Sudestada
corre sobre el horizonte
para perderse, veloz.

Nubes bajas
cuelgan
sobre las ciudades
teñidas de neón
(como una frívola mujer
tus luces son prestadas;
de humo, y helada,
tu pasión).

Nube solitaria
figura breve
y cambiante
(qué miedo de confundirse
con tanta claridad).

Nubes cuando sale el sol
de rosa vestidas
de naranja
de bermellón
tus notas hacen
propicio el Amor.

Nubes atrevidas
oscuras o premonitorias
que la luna llena ocultan
y a todos convidan
en la Muerte
a pensar.

Nubes de hule,
de nácar,
de cemento.

Nubes como sueños,
como labios,
como espejos.

Cómo no conocerlas tan profundamente,
hijas del viento
habitantes de lo alto.
Son mis hermanas y mis amigas
pues cuando Ella se fue
el cielo de mi corazón
para siempre se nubló
y aún en mi alma
no ha cesado de llover.


Árbol, cielo y piedra

(A Sierras Bayas)

Casi una ciudad,
remanso de serranías
en el centro de la pampa
serenidad para el alma
en tu transparente calidez
luminosa
cuna de nuestros ancestros
lugar para inmigrantes
trabajo, amor, progreso,
por supuesto que tienes futuro,
Sierras Bayas.
Energía latente,
sabia mineral
desde tus calles en declive
desde tus canteras al cielo
surge una melodía redonda
que conjuga piedra y árbol
de a poco despertando
del sueño milenario
de los gigantes.
por supuesto que hay en ti
un porvenir inmejorable
y yo quiero ser parte de él:

Árbol, cielo y piedra
sangre, ilusión, realidad;
comienza a ponerte de pie:
pronto el mañana vendrá.

                  (Primer Premio en Concurso Literario organizado por Rotary Sierras Bayas, 2002).

De noche todos los gatos son pardos

Y caen parados
 con sus siete vidas por el aire
 felices de no tener guantes
 con sus cinco patas elastizadas
 caen sin ser invitados
 a la fiesta de los ratones
 se deslizan por las alturas
 como levitando
 con el gozo del amor
 sobre escenarios de alucinación
 miran hacia abajo
 la ciudad
 felices de no estar dentro de una bolsa
 y con las uñas prontas
 como puñales
 aun con su cuerpo herido
 pueden ir seguros por la cornisa
 todavía maúllan a la luna
 y a tu soledad sin sueño
 tibia magia de resortes y de goma espuma
 de noche tus pupilas se incendian
 y yo tengo un cascabel para ofrecerte
 deslicémonos hacia las alturas
 como levitando
 con el gozo del amor y de la laucinación
 no temas si soy del color de la mala suerte
 pues me he vestido
 con todos los tonos
 que la pereza pide prestados a la imaginación
 y además de noche
 todos los gatos
 son pardos.