Al minero de Olavarría
Desde hace un siglo ayuda con su aliento
a elevar la furiosa chimenea
y si hoy en el aire el humo se menea,
ayer sembró rocas, su brazo en el viento.
Cavó más hondo en busca de sustento
-corazón de bandera que flamea-
lucha y esfuerzo, tenaz, sorda pelea
contra el mineral: eco de un lamento.
A golpe de barreno, de pericia
A la Madre Tierra le hizo un gran tajo
(sabrá Dios si esto es justo o si es injusto):
Abrir geografías sin caricia.
Yo le canto al minero, a su trabajo
capitán del abismo, sin disgusto.
Ceferino Daniel Lazcano
2012
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