sábado, 3 de noviembre de 2012

Té de abismos

 (A Villa Mónica)
Avizoro un futuro de cardales.
 Me abraza el sol,
flechas que parecen de oro
aguijan mi costado.
He sido paciente
para construir un abismo en la llanura.
 Cortez, cortés,
corté lazos
dinamité parientes y recuerdos
barrené mi ruca con una ilusión adentro.
Un trueno de pólvora
calló mis libros, mis canciones.
Estoy y solo permanezco.
A pesar de todo
florecen las retamas
 amarillas contra el humo
amordazadas a la piedra.
La geografía también puede desaparecer…
una yarará toma un atajo,
arriba se van las piedras por la cinta transportadora.
Helado de abismos
fábrica de cálices fosforescentes
fábrica de venenos transparentes.
Más hondo, más bajo,
transpiro silicatos :
ya no hay manantiales.
 Hemos descendido
 hasta donde el agua turbia
se bebe el óxido y la rapiña.
 Más abajo se trepana el mundo
 y se ocultan las verdades más evidentes.
 Más solo.

Ya no hay luz en este magma de greda
Dolomita.
Megaterios.
 Arcilla.
 Gliptodontes.
Granito.
 Hombres triturados:
Té de abismos.
 Despojos calcinados y vendidos,
¿qué hacer cuando no hay nada que hacer,
si puedo volar?
-Me aguzo y broto de la nada
 me afilo desde mi lengua y desde mis uñas.
Entrañas hechas puñales
 espina soy,
incendiada ,
floreciendo por fin,
en el último brillo de la tarde:
 ¿Qué hago,
 bebiendo esta cicuta,
si debo luchar?

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